Empresas Públicas de Medellín (EPM) anunció la suspensión temporal del parque eólico E200, un ambicioso proyecto de 200 megavatios (MW) ubicado en La Guajira, debido a los persistentes conflictos sociales en la zona y los retrasos en la construcción de la línea de transmisión Colectora, infraestructura clave para el funcionamiento del proyecto.
A pesar de contar con licencia ambiental, la empresa considera que no existen las condiciones necesarias para avanzar con la construcción. De acuerdo con información obtenida por El Colombiano, la obra quedará “guardada” sin una fecha definida para su reactivación, lo que representa un nuevo obstáculo en el desarrollo de energías renovables en el país.
Conflictos sociales sin resolver
Uno de los factores más críticos que motivaron la decisión de EPM es la falta de acuerdos con las comunidades wayuu. Según Camilo Prieto, profesor de Energía y Sostenibilidad de la universidad Javeriana, se han adelantado más de 235 procesos de consulta previa, muchos de ellos con rezagos y desacuerdos.
“Sin confianza ni condiciones sociales claras, avanzar con grandes proyectos eólicos resulta demasiado riesgoso”, aseguró Prieto a El Colombiano.
Retrasos en clave de infraestructura
EPM confirmó que cuenta con la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del parque eólico, pero aclaró que aún se encuentra pendiente la licencia ambiental para la línea de conexión. Esta obra de transmisión, además, no está bajo su responsabilidad directa.
La línea Colectora, esencial para transportar la energía generada en La Guajira al resto del país, debía estar en operación desde noviembre de 2022. Sin embargo, la fecha estimada de entrada en funcionamiento se ha postergado hasta agosto de 2026. Esta demora, de casi cuatro años, ha afectado gravemente la viabilidad económica de los proyectos, impidiéndoles cumplir con compromisos comerciales desde 2023.
Más de 1.500 MW de energía eólica paralizados
La situación del parque E200 no es un caso aislado. Según cifras del sector, más de 1.535 MW de capacidad eólica permanecen detenidos en La Guajira por razones similares.
Proyectos de otras empresas también se han visto obligados a suspender o cancelar sus operaciones. Celsia mantiene paralizados los parques Camelias y Acacia, que aportarían 330 MW. Enel Colombia suspendió los desarrollos Tumawind (200 MW) y Chemesky (100 MW), y vendió Windpeshi (205 MW) a Ecopetrol tras frenar su avance en mayo de 2023. Por su parte, EDP Renewables canceló definitivamente los proyectos Alpha y Beta, que juntos sumarían cerca de 500 MW.
En total, más de 1.5 gigavatios de capacidad instalada se encuentran en pausa, a pesar del alto potencial eólico de La Guajira. La falta de infraestructura de evacuación y los desafíos sociales continúan siendo los principales frenos para el avance de la transición energética en el norte del país.

